El ser humano funciona en
interacción con otro. Necesidades
básicas como las de alimento y cuidado son tan importantes como la de contacto
afectivo.
Hay padres que creen que
con otorgar alimento, ropa e insertar a sus hijos en reconocidos
establecimientos educativos pueden darse por cumplidos. Esto no solo es un error sino que muchas
veces la falta de un hogar contenedor,
la ausencia de una escucha activa y atenta entre los miembros de una
familia expone a los chicos a patologías y adicciones de las cuales muchas
veces no pueden salir.
La familia es el primer
escalón a una pirámide ascendente de relaciones que cada persona establece y el
hecho que sea el primero le otorga un alto grado de responsabilidad. El niño empieza a interactuar con los
miembros de su familia, éstos son de gran importancia para el tipo de
personalidad que va a formar, es allí donde va a aprender a ser persona, a
comunicarse, a escuchar, a conectarse con el otro, a demostrar su alegría,
cariño o enojo, a poder recibirlo. Es
importarte crear entre los miembros de cada familia una burbuja singular donde
se respete y mire a cada uno teniendo en cuenta su particularidad, donde cada
uno sea valorado por quién es y que cada ser se conecte con el otro, se
interrelaciones sabiendo que va a ser aceptado.
Así como no van a ser aprobadas todas sus conductas, sí va a ser
aceptado él por ser quién es.
El ser humano utiliza a su
familia como un tubo de ensayo y es ese el lugar indicado para probar cómo
comportarse, si se siente aceptado por sus integrantes sabrá que puede salir y
comenzar el proceso de sociabilización que continúa con la escuela sintiendo la
seguridad necesaria para poder relacionarse adecuadamente.
Si bien es importante que
las personas sociabilicemos lo es más aún que podamos hacer contacto inmediato
y cotidiano con aquellos seres que nos resultan significativos. Para hacer contacto no hace falta ni mucho
tiempo ni desplegar una arista empalagosa de palabras o mimos. Cada uno respetando su personalidad, su
manera de ser y relacionarse debe fomentar sus relaciones interpersonales y
para esto es muy importante la comunicación.
Las personas nos comunicamos de distinta manera y cada una de ellas es
válida y enriquecedora. Cuando
comunicamos nos relacionamos, salimos de nosotros mismos y pasamos a compartir
con el otro. Y de esto se trata un poco
vivir, de expandirnos. Para poder
hacerlo hace falta ser generoso y tener ganas de compartir nuestro ser.
Hay personas que pasan
mucha parte de su tiempo conectados a diferentes redes sociales, esa es su
manera de mantenerse comunicado y de esa manera logran expandirse. Por el contrario, hay otras que lejos de
querer entrar en el mundo cibernético prefieren el tradicional método de la
visita puerta a puerta o el llamado telefónico.
No interesa detenerse y analizar cuál es el método correcto, porque en
mi opinión no lo hay. Mientras que haya
métodos hay diversidad, y la diversidad amplía horizontes. Qué bueno es poder tener un abanico abierto
de opciones para elegir la que a uno le resulte más cómoda o lo
represente. Lo interesante y sano es
poder abrirse al otro.
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