domingo, 1 de marzo de 2020

Que el divorcio sea una escena triste de tu vida, no una película de terror

El divorcio puede desencadenar una avalancha de sentimientos destructivos que indefectiblemente devendrán en hechos nocivos.  También puede ser un acto que si bien conlleva dolor, se viva con respeto a ese vínculo de amor que una vez se formó.
Y una vez mas...solo depende de cómo cada uno elija vivir cada experiencia.
Cuando un matrimonio se separa empieza una etapa nueva:
Que claramente no fue planificada...
Que genera muchas rupturas, comenzando con el vínculo entre los cónyuges, siguiendo con el hogar de los hijos, las familias políticas, amigos en común, economía etc etc...
Que puede generar sentimientos de frustración, culpa, dolor, enojo...
Que desestabiliza...
Que desarma...
Pero la buena noticia, es que si se la vive con sabiduría,  puede ser solo eso, una etapa amarga de la vida.  La sabiduría implica atravesar cada aspecto previamente mencionado sin quedar anclado en sentimientos negativos. Conectarse con cada uno de esos aspectos para no desentenderse a la ligera de cuestiones que mas tarde van a renacer, porque ciertamente nada que implique tanta ruptura debería tomarse a la ligera. Sabiduría para recordar que ese vínculo q hoy ya no existe, nació del amor.  Sabiduría para entender que nadie que se alimente de ira, odio y reproches puede vivir en paz.  
Paz, tranquilidad...sentimientos subestimados que son sin embargo necesidades básicas para tener salud mental y bienestar.
Y sin intentar esconderse tras fachadas de supuesta calma, cuando se trabajan todos los conflictos que un divorcio provoca, se empieza a vivir una escena distinta, mas bella, entretenida y la película de tu vida tiene un final feliz.O

jueves, 9 de enero de 2020

Feliz Año

Te vas 2019, sos un número, que como todos, estas hecho para dejar atrás, para dejar de significar lo que fuiste...
Durante un tiempo, marcaste nuestras vidas, te escribimos en el margen superior derecho de miles de papeles, estas sellado en tantos documentos...de tal importancia, que señalan la identidad de algunos.
Durante 365 días fuiste indiscutible... y sin embargo, va a bastar 1 segundo para transformarte en algo totalmente distinto, una nueva cifra...un segundo va a bastar para que tu relevancia deje de ser tal...
La vida en movimiento, la vida sujeta a cambio, hoy protagonista, mañana insignificante.
Vida que te entiendo asi y por eso me abrazo a vos siempre que puedo...
Tiempo que lleno de segundos que disfruto, simples, excentricos, con fuegos artificiales o velas...
Tiempo que se llena con dolores, sufrimientos y me pone a luchar batallas de guerras que yo...ni quise comenzar...
Pero como a tu esencia la medimos con números tiempo...se que siempre te voy a ver pasar...
Y yo, yo por ahora estoy, aca en esta vida que me gusta cada vez mas...
Y lo que pasan en mí son las experiencias...los sentimientos que ellas me provocan...
y yo, los atesoro, me nutren, me alegran, me divierten...
O me entristecen, enojan, trato de disfrazarlos de algo distinto...
Hay sentimentos que superan a la experiencia...y quedan...
El amor por ejemplo, amor a un otro, a nuestros hijos, familia, amigos, a Dios, amor a los que se fueron y sabemos que vamos a reencontrar...
Amor a la vida donde yo hoy estoy, vida que celebro con todos ustedes... y por la cual hoy brindo.
Que el CHIN CHIN de las copas augure el sonido que de ahi resuena, armonia y alegría.
Feliz segundo que determina mi presente...
Feliz año

sábado, 30 de diciembre de 2017

Por el regalo de la vida CHIN CHIN

Sólo cuando hacemos contacto real con el hecho de que no hicimos nada para haber nacido y nacemos así como tampoco hacemos nada para morir y morimos es que empezamos a entender que en el medio de esos dos opuestos tan drásticos recibimos el regalo del camino de la vida que siempre nos conduce a la realización y superación de nosotros mismos.
Ese regalo se renueva cada día cuando amanecemos y es por eso que sin importar como el mismo se nos presente, más allá de la realidad que toque vivir, es que es bueno decirle gracias. Percibir ese sentimiento de agradecimiento de manera genuina, sincera, arraigada en lo más profundo del corazón, nos permite atravesar la cotidianeidad con alegría, una alegría que tiene que ver con un estado interno, no está necesariamente relacionada con nuestra circunstancia ya que las mismas son pasajeras y cambiantes, esa alegría la sentimos cuando valoramos haber recibido el regalo que nos para de frente a ese maravilloso camino de la vida.
La alegría y la capacidad de valorar este regalo permite que nos conectemos de manera positiva con lo que nos va ocurriendo. El abanico de sucesos con los que nos topamos a lo largo de nuestro camino es inmenso.
En ocasiones, el camino está despejado, llano y nos resulta fácil ser positivos. Es cuando conseguimos lo que anhelamos, cuando estamos sanos, cuando nos sentimos exitosos en lo que hacemos, estamos en ese estado de comodidad donde añoramos permanecer y fluír ya que todo parece estar en perfecto equilibrio de armonía. Y entonces… en general en el preciso momento que sentimos eso, es cuando, a nuestro pesar, aparece la roca que nos obstaculiza nuestro transitar, se nos caen nuestros proyectos, tenemos problemas de salud, conocemos el fracaso y nos sentimos inestables. Ahí se complica sentir positivismo y puede que la alegría se empañe, entonces hay que intentar recordar que seguimos siendo poseedores del regalo, que sigue siendo maravilloso, que sólo nos está mostrando que podemos avanzar por un mejor lugar. En ese momento hay que esforzarse para mirar adentro de nuestro corazón y hacer brotar la alegría, volver a valorar y renovar el sentimiento de agradecimiento teniendo la certeza que al correr esa grande y pesada roca hay una mejor versión de nosotros mismos.
Brindo con cada uno de ustedes por este regalo, por la alegría de mirar hacia atrás y ver que cuando caminaba feliz antes de mi roca, me guiaba una velita que llevaba en la mano, hoy en cambio sostengo una antorcha que seguramente se transformará en algo más luminoso, porque la vida continúa...

sábado, 14 de enero de 2017

Hacé de vos un artista de tu realidad

En la vida nos pasan cosas buenas y malas, nos topamos con personas que nos nutren, otras que nos resultan indiferentes y quizás, en ocasiones, algunas que otras que nos lastiman, eso ocurre en forma dinámica.  Mientras transitamos por este camino no sólo estamos expuestos a que lo anterior suceda sino a que se repita más de una vez, provocándonos alegría cuando lo recibido nos hace bien y por el contrario tristeza cuando nos hiere.  Lograr abrirnos a ese TODO que ocurre es una invitación diaria a experimentar la vida para SER maravillosos y para HACER maravillas con cada día.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Gracias VIDA, por tu mucho, por tu poco

Siempre me gustaron las mañanas,  la de hoy es particularmente lindísima, de esas que me recuerdan a mis veranos en el Sur donde el clima tiene la mezcla perfecta porque puedo disfrutar del calor pero sin sentir la usual humedad bonaerense que aplasta y saca la energía.   Hoy, esta lindísima mañana, amanecí  con una gran necesidad de agradecer la vida y todo lo que me pasa en ella,  porque me doy cuenta, porque sigo comprobando que tengo la posibilidad de transitar este camino llamado vida como un recorrido que siempre quiere conducirme a mi superación, entendiendo a mi superación como mi mejor bienestar.
Yo realmente vivo y eso agradezco, con la posibilidad de disfrutar la infinidad de situaciones que me generan alegría, la infinidad de personas amorosas  que tuve la suerte de cruzarme y que se quedaron conmigo,  disfruto lo que me pasa y quienes me acompañan.   También sufro y lloro como una marrana porque muchas veces me duele la humanidad, me desmorona la incomprensión que siento ante lo adverso y conflictivo, la ausencia de respuestas a los miles de POR QUE?? que grito o murmuro me entristecen.  
Pero sigo viviendo y es en ese contraste del disfrute y sufrimiento donde entiendo a la vida como un trabajo.  Criada en una familia de seis hermanos con papá militar y madre docente, la cultura del trabajo es algo que mamé de chiquita.  Tuve la suerte de que en mi casa me lo transmitieron como un  valor,  como algo positivo y que hay que estar agradecido de tener,  algo que si bien requiere de mucho esfuerzo siempre tiene como resultado el  reconocimiento,  algo por lo cual uno siente que vale la pena, que si bien en ocasiones puede ponerse difícil  y nos puede generar mucho malestar,  el esfuerzo que hacemos para mantenerlo nunca es en vano.
Desde ese lugar me paro a hacer la analogía de la vida como un trabajo.   Te da un motivo para levantarte cada mañana, hay días rutinarios que solo transcurren, otros que la tarea parece desbordarnos, el tiempo no alcanza para cumplir con los objetivos, nos ligamos una llamada de atención y nos frustramos.  Al día siguiente,  las cosas salen bien, muy bien, somos las mismas personas con la misma capacidad intelectual que el día anterior, no hicimos ningún master acelerado durante la noche pero ese día amaneció distinto, aparece alguna felicitación o el simple sentimiento agradable de saber que la tarea está bien hecha.
Y de eso se trata por lo menos para nosotros que somos humanos y vivimos en este planeta, de levantarnos, dar lo mejor de nosotros, saber que a veces la cosa va a andar bien y otras mal, de esforzarnos porque a la vida vinimos a trabajar para dar lo mejor de cada uno que es mucho porque todos valemos oro y de tener la seguridad/garantía de que siempre vale la pena la vida, de que estoy en ella y de que a eso lo agradezco.   





sábado, 9 de julio de 2016

ATRAVIESO EL FRACASO Y ABRAZO MI REALIDAD

Cuando fracasamos en algún aspecto hay un tiempo destinado a ver qué podríamos haber hecho diferente, nos culpamos por conductas que hoy creemos ver tan claramente erróneas y que sin embargo por motivos que no comprendemos, ya que estamos parados en un lugar diferente son las que allá y entonces elegimos.   Este es el período para enojarse con uno mismo, para enojarse con los otros, para culparse o echar la culpa, predomina el sentimiento de dolor y resistencia a aceptar el fracaso tal cual se presenta en el aquí y ahora.
En este período,  familiares y amigos se hacen más presentes, todos con la mejor intención y amor intentamos ayudar, en general ensalzando las virtudes y capacidades del que está sumergido en el barro de su derrota.   Hacemos afirmaciones con una certeza de dudosa llegada utilizando frases como:
“Aprovecha esto que te está pasando para aprender”
“Es difícil pero va a pasar”
“Te vendría bien hacer terapia, meditación, un retiro, viajar, empezar cross fit, yoga” etc. etc.
Nos invade la confusión porque no sabemos si comprarnos la túnica o las calzas, si entregarnos a la calma de ejercicios zen o salir a transpirar ejercitando músculos que ni siquiera sabíamos teníamos, si visitar al sacerdote o al psicólogo. 
Lo único cierto de esta situación es que después de un tiempo,  ya pasado el impacto inicial donde el fracaso es de público conocimiento, las personas retomamos el agitado ritmo con el cual en general se vive en estos tiempos y el que sufre se encuentra solo.  Allí quedamos nosotros con nosotros mismos.
Y es así como empezamos un nuevo período, nos adentramos en nuestra persona,  nos conectamos con nuestra esencia, nos revisamos, chequeamos nuestras capacidades olvidadas, miramos nuestro potencial, nos amigamos con nuestras debilidades, dejamos situaciones y personas en el camino, elegimos despedirnos amorosamente de lo que nos conecta de una manera u otra al fracaso,  pero no nos enojamos con el mismo ni cultivamos sentimientos negativos hacia eso que ocurrió ya que tiene que ver con nuestra vida y por lo tanto siempre va a ser parte nuestra.  Es entonces cuando elijo incorporar lo ocurrido e integrarlo a mi experiencia, sin ningún propósito específico, lo hago parte de mí.
Es por eso, que antes de avanzar, antes de empezar a transitar este nuevo período  elijo abrazar mi realidad, aquietarme.  El abrazo para mí significa unión, intención de unirme y en general en el abrazo encuentro serenidad, amor y contención, ingredientes necesarios para que el fracaso deje de producir dolor, para aceptarlo y poder seguir adelante.
Nosotros no elegimos lo que nos pasa,  pero sí qué hacer con eso que nos pasa.
Yo hoy elijo reconstruir, yo hoy elijo reconstruirME.

Utlilizo al abrazo como punto de partida, es por eso que hoy te abrazo realidad.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Argentina necesita UN NUEVO PARADIGMA SOCIAL

Un paradigma es un conjunto de creencias y valores que afectan la manera en que un individuo percibe la realidad y como acciona frente a esta percepción.  Se constituye de alguna manera en un modelo, en un sistema de pensamientos que actúa en un momento determinado  y orienta periódicamente a la sociedad.  Los paradigmas proporcionan una visión para comprender la realidad y es justamente esa visión la que creo ha cumplido su ciclo. 
Nuestro paradigma político social es el individualismo,  la desconfianza y la discordia.   Cuando transitamos este camino del individualismo nos aferramos a la coyuntura y solo construimos  cuando la misma beneficia nuestros propios intereses,  no pensamos en el bien común.  Elaboramos proyectos cortoplacistas para manotear resultados, que aunque vacíos de contenido satisfacen nuestro deseo de poseer algo, esto convalida nuestra creencia de la falta de confianza de los argentinos en Argentina.  No construimos valores que sirvan para edificación de la comunidad ya que dudamos de la posibilidad de construir algo que perdure en conjunto.
En general nuestros gobernantes se han encargado de desandar el camino que ha transitado el anterior.  Es así como nos cuesta ir trazando un lineamiento coherente hacia un horizonte de comunidad.   El periodismo y la cobertura mediática le pone el foco a la ya famosa “brecha”  y si bien no creo que sea producto de su invento sí que le da un protagonismo que derrama odio y desánimo en la sociedad. 
 En esta época de campaña los candidatos y referentes políticos se exponen, recorren, nos cuentan que van a hacer, qué han hecho, algunos hablan de la necesidad de cambio y en algunos  escucho demasiados bla bla disfrazados de propuestas y medidas.  Argentina necesita un líder social  que introduzca un nuevo paradigma,  que lo promueva gobernando a través de todo su ser, de su personalidad, fortaleza, experiencia política, de su capacidad de rodearse de profesionales idóneos y de su gestión, que ponga el acento en la necesidad de todos los argentinos , en el diálogo y consenso como práctica habitual para lograr el desarrollo de nuestro país y no como medida de marketing.   Tenemos un sistema presidencialista,  por lo tanto considero que la responsabilidad del próximo futuro presidente es convertirse en este líder social.
A su vez, el paradigma debe ser compartido por el trasfondo cultural de la comunidad y es ahí donde todos nosotros debemos empezar a concientizarnos sobre la importancia de nuestro obrar desde nuestro lugar.  La felicidad y el destino de los argentinos no puede depender del gobernante del momento ya que va a ser pasajero.
Debemos tener la  decisión y capacidad de acompañar y ayudar a cambiar el viejo paradigma,  a resignificar conceptos, creencias e ideas.  Estamos paralizados ante la necesidad de cambio y cuando esto ocurre pueden pasar dos cosas, o nos quedamos en el mismo lugar o retrocedemos, ambas conducen al deterioro.   En la medida que no se produzca el cambio seguiremos funcionando de manera ciclotímica pensando que el mundo,  junto con nuestro ánimo se desmorona o levanta dependiendo de quién ocupe la Casa Rosada.   Nosotros como sociedad debemos ayudar desde el rol que cada uno ocupe para que Argentina logre desarrollar el potencial que sin lugar a duda tiene.
Empecemos a creer que el todo es mucho más que la suma de las partes, abandonemos la idea de que somos un conjunto de ciudadanos, seamos una NACIÓN.