Voy a intentar establecer
la diferencia entre ambos términos ya que no sólo su significado es diferente
sino también la sensación que dejan
dentro de uno mismo, de paz en el caso de la aceptación y de pérdida en la resignación.
Cuando yo acepto ya sea
una situación dolorosa, sentimientos que no se corresponden con los propios,
creencias muy distintas de personas significativas, cuando yo acepto, de alguna
manera logro resignificar para darle un nuevo lugar a aquello planteado sin mi
voluntad, a lo impuesto. Cuando yo puedo
comprender que como ser humano tengo la limitación de poder controlar ciertas
cosas que suceden más allá de cómo quiero que sucedan y puedo realmente
comprender que cuando se ha hecho todo lo posible, se ha intentado revertir a través del diálogo, de acciones, después de
haber agotado toda la creatividad para que algo deje de ser de una manera para
ser de otra, ese es el momento de dejarlo en paz. Y es en ese preciso momento entonces cuando
se puede, ya que estoy preparado a sentir paz y aceptar.
La aceptación se siente no
se piensa. La aceptación no se
planifica, sucede cuando las personas tenemos ese segundo que nos hace crecer
internamente, que nos permite avanzar un escalón en la ascendente pirámide de
crecimiento del ser humano. Quizás el
proceso sea muy lento, es un trabajo interno que como dije antes requiere de muchos
intentos, algunos frustrantes, otros fallidos, varios dolorosos. Porque para necesitar aceptar algo
previamente tengo que tener la intención de modificar. En este proceso de búsqueda de cambio a veces
se produce un desgaste que puede ser útil transitar, sólo hay que estar atento
a lo que va ocurriendo a mi alrededor, a mis sensaciones internas, a lo que
provoco en los otros, de ésta manera estando presente y atento lograré ver el
límite que separa lo útil de lo nocivo. En ese límite está la diferencia que se
establece cuando el desgaste deviene en destrucción y cuando por el contrario
provoca un proceso transformador que me permite ver con más claridad. Es en ese preciso momento entonces cuando
puedo, ya que estoy preparado, a comprender, a sentir paz y finalmente aceptar.
Cuando me resigno a una situación,
sentimiento o creencia no logro transformar sino abandonar lo propio para
reemplazarlo por lo ajeno. De esa manera
me alejo de mí mismo. Cada uno busque
dentro suyo el sentimiento que esa situación le provoca, en lo personal se
asemeja a cuando tomo un remedio con poca agua y queda atragantado, no ahoga
pero interfiere, molesta. Cuando percibo
resignación me siento imposibilitado de evolucionar como ser humano,
experimento la limitación de poder realizarme y ser feliz.
En la imagen del artículo
anterior el pez está atrapado en una copa, acepta su condición, conoce el límite de lo
impuesto pero no se resigna, salta a otra copa que le ofrece la ventaja de ser
más grande, sigue estando atrapado, pero hay más agua, tiene más lugar para
nadar, para expandirse, entonces ahora habiendo hecho todo lo que pudo para
superarse y transformar su realidad en una mejor acepta.
En la resignación hay
abandono, siempre va a quedar la sensación de cuenta pendiente, en general se
tratará de volver a buscar aquello que dejé atrás.
Yo en la resignación no
encuentro paz.
Muy bueno!!!
ResponderEliminar