No diría que es un error
recurrente ya que lo considero un tema recurrente el del poder ver claramente
lo que hace él, el otro y hasta de alguna manera responsabilizarlo por lo que
nos sucede mucho antes de pensar que yo tengo algo que ver en la historia.
También diría que es un
tema que abarca desde situaciones simples como relaciones fraternales, de
amistad, de pareja o laborales.
El núcleo es siempre el
mismo QUÉ HACES VOS con lo que te pasa a
vos. Como mencioné en algún
otro artículo somos seres sociales, el otro nos acompaña y muchas veces lo que
hace nos duele, enoja, logra afectarnos
emocionalmente. Hasta ahí está bien, lo
que no está sin embargo es permitir que eso siga sucediendo. Hay que tratar de tener la capacidad de
percibir lo que nos sucede cuando una conducta externa no es adecuadamente
recibida en nuestra persona. Cuando logro
hacerlo logro quitarle al otro el poder de conducir el timón de mis
sentimientos.
Y siempre que otra persona
intente conducir ese timón que no le pertenece lo va a hacer mal, o lo hará
peor de cómo lo conducirías vos. El otro
nunca toma si yo no le doy. Pero muchas
veces es más cómodo culpar a los demás, porque no se trata de otra cosa que de
eso, de quitarnos responsabilidades propias para depositar fuera de nosotros
mismos y pensar que hay un culpable de todos mis pesares. Quizás cuando pienso en que otro provoca
puedo relajarme ya que es él quien debe modificar su conducta. Mirarse, cuando se nos presenta una situación
que nos incomoda, que no nos agrada, que de alguna manera nos está haciendo mal
significa saber que puedo encontrar algo que necesita ser trabajado, corregido
y modificado. Cuando eso ocurre no queda otra que poner las
manos en la masa y empezar a amasar.
Cuando amasamos nos ensuciamos, hacemos esfuerzo, dedicamos tiempo pero
el resultado vale la pena.
Y aunque es más fácil
entender qué ocurre que cómo modificarlo ya que el qué siempre le gana al cómo no deja de ser
un buen comienzo. Poder racionalizar que si bien el otro hace,
soy yo quien dejo hacer. Saber que
nosotros somos los protagonistas de nuestra historia.
Y con todo lo que una
historia contiene, somos los que accionamos en ella, somos los responsables de
lo que sucede, con quién nos sucede y lo que sentimos con eso.
Hasta eso, hasta lo que
sentimos. Porque los sentimientos se
pueden trabajar si necesitamos modificarlos.
Aunque en una primera
instancia uno pueda pensar “lo que siento lo siento” esto no es del todo
cierto. O sí lo es, pero yendo un poco
más allá de lo que está a simple vista, los sentimientos, cuando no son
agradables, cuando molestan o duelen pueden transformarse mediante el trabajo
que hagamos sobre ellos.
Siempre, porque somos
protagonistas de nosotros mismos, podemos manejar nuestra vida para vivirla de
la mejor manera posible. Esto, tomado a la ligera suena a mensaje alentador de
capitán de equipo de la B que va perdiendo 3 a 0. Profundizando sin embargo, te obliga a
agarrar esas riendas que estás soltando, sostenerlas firmemente y CONDUCIR el caballo de tu vida.
Pienso que no es fácil
hacerlo, el trabajo sobre uno mismo es muchas veces postergado por asuntos más
urgentes como trabajar, hacer deporte, juntarse con amigos, obligaciones
cotidianas etc etc etc
Pero uno puede trabajar
con uno mismo incluso reflexionando, y eso puede hacerse en el auto o subte
cuando vas a trabajar, hacer deporte, juntarte con tus amigos o realizar todas tus tareas cotidianas
Como siempre MUY BUENO Maria
ResponderEliminarSi se lo pudiesemos hacerselo leer a la KK le vendría muy bien
Espectacular! Como siempre
ResponderEliminarExcelente!!!!!!
ResponderEliminarCUANTA VERDAD, GRACIAS POR HACERNOS PARAR UN POCO LA PELOTA Y VER HACIA DONDE VAMOS Y DE QUE MANERA.
ResponderEliminarmuy bueno el mensaje!!!
ResponderEliminarGragraz