domingo, 5 de enero de 2014

A veces cambiamos y nuestro entorno ya no encaja, aceptación




Algunas personas en algún momento de su vida cambian.  Las causas del cambio pueden ser muy variadas, por alguna crisis, por descontento, por darnos cuenta que lo que en algún momento nos hacía feliz hoy ya dejó de hacerlo,  que lo que creíamos que nos hacía feliz era sólo eso, una creencia pero que al hacer contacto con nuestros sentimientos nos encontramos tristes, insatisfechos, incompletos. 
Los cambios en general, aunque a veces parece  se producen repentinamente, llevan largos procesos internos.   El malestar es la semilla.  Cuando se ha plantado la semilla es muy difícil detener su evolución,  entonces sigue su curso de desarrollo de crecimiento.  Internamente aparecen cuestionamientos, dudas, uno prueba y pone a prueba, busca alternativas y siempre el objetivo es tratar de volver a funcionar en armonía con uno mismo, es tranquilizar todo ese movimiento interno.
Lo que sucede es mucho más simple de lo que parece, sólo hay que entender el funcionamiento de las personas en su continuo dinamismo.  Los que entendemos al ser humano como protagonistas de cambio donde los caminos lineales no son más que atajos al fracaso e insatisfacción podemos comprender que la prueba y error en la vida es el funcionamiento habitual.  Esto no quiere decir que todas las personas tienen que ir rompiendo estructuras o deshaciendo lo construido  por el sólo hecho de cuestionarse y querer cambiar.  Lo que intento expresar es que transitamos en medio de la finitud y limitación de lo establecido.  Que la incertidumbre nos dirige mejor que cualquier brújula. 
Sin embargo es importante poder mirar al costado y no sólo dentro nuestro, que si bien la semilla está produciendo una revolución silenciosa internamente, tendríamos que poder considerar lo que hasta ese momento nos fue acompañando,  nuestro entorno, el que una vez elegimos, con quien en una etapa de nuestra vida establecimos una alianza.  Convivimos con ese entorno que hoy estamos mirando con recelo pero que una vez nos perteneció tal y cual hoy sigue siendo.

Muchas veces, seguro que sin ser consciente de ello nos volvemos un poco egoístas. Pretendemos que los demás de una manera u otra acojan a este nuevo yo, que puede ser muy distinto a lo que una vez fuimos, que atiendan nuestras nuevas necesidades y cuando esto no sucede nos enojamos, culpamos a los demás de no saber mirarnos, de no comprendernos. 
Creo sin embargo que el camino es a la inversa.  Cuando ya la semilla se transformó en planta y salió a la superficie comenzamos a sentirnos seguros de lo que queremos, podemos ver con más claridad lo que necesitamos modificar, lo que queremos dejar atrás y de esta manera empezamos a expresarlo.  La manera comienza siendo sutil pero si los demás no se adaptan a nuestras sutiles demandan de a poco perdemos la paciencia, los pedidos se transforman en reclamos para terminar en enojos y portazos.  Lo que a veces no vemos es que detrás de la puerta que cerramos quedaron los compañeros de nuestro ex nosotros.
Es en ese momento donde apelo a la aceptación porque no alcanza con manifestar y compartir verbalmente nuestro proceso de cambio con quienes nos rodean.  No es fácil comprender la experiencia ajena.  Estos procesos son personales y muchas veces lamentablemente unidireccionales.  Es muy difícil que los demás vivan nuestro cambio tal y cual lo estamos vivenciando nosotros.  Requiere de mucho esfuerzo lograr que los demás se adapten a ese cambio.  Es muy importante aceptar que los demás no sólo tienen que desandar un camino recorrido sino que tienen que hacer un curso acelerado de conocimiento de la nueva persona en quien nos convertimos.
También hay que aceptar que las transformaciones traen consecuencias y que en esa búsqueda personal pueden quedar en el camino partes de lo que alguna vez fue nuestro entorno pero que hoy ya no puede acompañarnos, no quiere acompañarnos porque hoy somos distintos.
Conciencia de que solo cambiamos nosotros
Paciencia con los que intentan conocer quiénes somos hoy
Aceptación para lo que nuestro cambio provoque

3 comentarios:

  1. Una gran verdad pero muy difícil para uno y todavía me parece que mucho mas es para los de afuera. Muy interesante el articulo, es apara releerlo varias veces.

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    1. Muchas gracias por tu comentario.
      Dificilísimo para los de afuera, los de adentro y supongo que son temas que nadie tiene del todo resuelto.
      Lo único que se puede hacer es tenerlo presente, trabajarlo teniendo en cuenta la teoría, ponerlo en práctica cada vez que se pueda en lo cotidiano para que si surge en algún momento crítico podamos tener más herramientas y afrontarlo mejor.

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